viernes, 19 de marzo de 2010

"ESCRIBIR MUCHO"



Hace unas semanas, en una entrada, comenté como de pasada la idea de escribir un cuento cuyo protagonista sería un aspirante a escritor que quiere encontrar a un maestro, a alguien que le enseñe a escribir, pero sobre todo, que le anime a hacerlo.

Ayer, esta noche, recordé lo que dijo Benjamín Prado en un taller de poesía al que asistí en mayo de 2006, en el salón de actos de la Biblioteca Central, en la Parte Vieja de Donosti. Benjamín contó que, siendo un chavalín, conoció a Rafael Alberti y se hizo amigo de él. Alberti tendría ya sus buenos setenta años. Al oír la historia no pude dejar de sentir una envidia tremenda: ojalá me pasara a mí algo así.

Pero Benjamín Prado dijo algo muy importante y fue lo que recordé anoche:

-Rafael no me enseñó a escribir.

No hay excusas para no escribir, si uno es lo que desea hacer. No importa que uno no tenga a alguien que le diga que lo está haciendo bien o mal. A la hora de sentarse frente a la pantalla, o la hoja de cuaderno, uno está solo.

Y eso es igual para quien tiene un “maestro” como para quien no lo tiene.

Muchas veces se deja de escribir porque se ve que se está haciendo mal. Si lo que escribo es malo, puede decirse uno, será porque todavía no estoy preparado. Es mejor que intente escribir cuando lo esté. Hacer esto es lo más fácil, decirse que, bueno, que ya lo intentaré otra vez, más adelante. Pero si, mientras tanto, uno no hace nada, lo más seguro es que más adelante uno tampoco esté preparado. Hay que seguir escribiendo. Digo yo que siempre será mejor escribir mucho, aunque mal, que poco y mal. Lo de “puestos a hacer algo, hay que hacerlo bien y si no, no hacerlo”, a mí no me vale. Me siento peor si no escribo que si escribo, a pesar de que lo haga mal.

Estas son, al menos, las cosas que me digo para animarme.

2 comentarios:

  1. Nunca he creído que se pueda aprender a escribir bien. Puedes aprender técnicas, tener una mejor visión de estructuras narrativas, dejarte influenciar por escritores a los que admiras o intentar huir de modelos a los que desprecias: pero "saber escribir" tiene mucho que ver con talento, y eso lo tienes o no lo tienes.

    Si te sientes peor cuando no escribes, Nathan, es que tienes talento, uno no se hace escritor por vocación sino por necesidad. Y déjame añadir una última reflexión: la falta de autoconocimiento de los escritores es pavorosa, tanto en lo positivo como en lo negativo.

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