viernes, 29 de abril de 2011

Leo...

jueves, 14 de abril de 2011

"RICHARD YATES", la rese.

Alguna vez, hablando de un tío suyo, Borges dijo “le tocó vivir, como a todos los hombres, malos tiempos”.

(Como todos los días, no tengo ganas de escribir una reseña. No sé qué hago teniendo un blog ¿literario?, creo que me gusta hablar de libros, pero no escribir sobre ellos.

Bah, chorradas).

“Richard Yates”:

(A ver si me ventilo la mierda de reseña en diez minutos que ya me estoy cansando).

“Richard Yates” es una novela monótona, repetitiva hasta la exasperación, y escrita con un estilo simple, mínimo, que te cagas. Y sin embargo, no me he aburrido nada leyéndola.

Me ha gustado mucho.

En “Richard Yates” encontramos a dos jóvenes un poco freaks (aunque no sé si hago bien utilizando este término, creo que hay otro más adecuado, alguno he leído por ahí, estos días, un término nuevo, al menos para mí, pero no lo pongo porque no sé qué significa, tendré que buscarlo en la wikipedia).

Dos jóvenes un poco..., lo que sea. Perdidos. Se han conocido a través de internet y se comunican a todas horas, a todas-todas horas, a través del chat de gmail, de e-mails y sms. Ella tiene 16 o 17 años y está gorda y quiere dejar de estar gorda para ser mejor persona y que él, su novio, la aprecie más.

Él, su novio, un pedazo de cabrón que es mucho más inmaduro que ella, tiene 23 o 24 años (o 22, da lo mismo), es un escritor que está todavía más perdido que ella, y no hace más que reprender a su pobre novia diciéndole que no piensa y no hace todo lo que debería para él, y no sé qué, y en fin, que es un egoísta insoportable.

La novela, como digo, es monótona, y repetitiva, y los personajes se aburren, no saben muy bien quiénes son, dónde están, etc. A cada rato dicen “qué asco de mundo” o “qué puta vida”, cosas así, o “me quiero suicidar”, “voy a suicidarme”, etc., etc.

Etc.

¿Dónde está, entonces, lo bueno de esta novela?

Bien, ¿sabéis eso que se suele decir, que si para conocer como era la vida en el siglo tal, lo que hay que hacer es leer las novelas que entonces se escribieron, las novelas del siglo tal?

Pues esto es “Richard Yates”: cómo, a principios del siglo XXI, la aparición de internet cambió (o añadió) la manera de relacionarse unas personas con otras. El aburrimiento, el vacío existencial, a pesar de ser, en toda la historia, la generación con más recursos de ocio al alcance, no de la mano, sino de un dedo, de un clic.

Ahí, en esto, Tao Lin, sencillamente lo ha clavado.

Les ha tocado vivir, a los protagonistas de “Richard Yates”, como a todos los jóvenes, malos tiempos.


miércoles, 13 de abril de 2011

"Richard Yates" de Tao Lin

Escribo una nueva entrada para recordarme a mí mismo que tengo que escribir una reseña de "Richard Yates", la novela que estoy leyendo estos días, y que me está encantando.

martes, 12 de abril de 2011

Explicación a la foto del post anterior.

En el centro, claro, "Los enamoramientos".

A la izquierda, "Macbeth", que se cita varias veces en la novela de Marías.

(También se cita a Cervantes, como se citaba "El Quijote", también, en "Tu rostro mañana"; pero no se cita tanto como a Shakespeare).

Abajo, en el e-reader, no sé ve bien, pero es la primera página-portada de una edición digital de "El coronel Chabert" de Balzac, novelita que Marías destripa en "Los enamoramientos", y que he leído inmediatamente después de terminar la novela de Marías.

Y a la derecha, "Mala índole", un relato de Javier Marías, cuyo protagonista aparece como secundario (un secundario importante, eso sí) en "Los enamoramientos".

Aquí se cumple ese viejo dicho de "un libro siempre lleva a otro libro".

"Los enamoramientos", de Javier Marías (2)

jueves, 7 de abril de 2011

"Los enamoramientos", de Javier Marías (1)


La empecé ayer, ya voy por la mitad, y me la acabaría mañana mismo, si tuviera más tiempo para leer.

No hay nada nuevo en "Los enamoramientos": una voz en primera persona, envolvente, hipnotizante; digresiones constantes; un relato circular; Francisco Rico, otra vez homenajeado (creo que apareció por primera vez en "Todas las almas", bailando en una discoteca inglesa, aunque en aquella novela no se mencionaba explícitamente su nombre), homenajeado o burlado, como dice Antonio Iturbe en la entrevista que aparece este mes en la revista "Qué leer", porque vaya con Rico, qué habrá de real en el retrato de su amigo Marías, un personaje anecdótico, dice Marías de él en la entrevista, que resulta a ratos aborrecible pero por momentos simpático.

Nada nuevo, nos trae Marías.

Simplemente, lo mejor.

Poco importa que uno lea a María Dolz, la protagonista de "Los enamoramientos", y en vez de la voz de una mujer, crea estar oyendo la voz de un hombre, la voz del propio Marías, esa voz que comenzó a ensayar con "El hombre sentimental", y que ha ido, novela tras novela, puliendo de artificio, haciéndola cada vez más exacta. Es el estilo Marías: frases que se leen lentamente, para paladearlas, pero que no obstante, pueden ser leídas a toda prisa, a pesar de su complejidad, de su extensión. La historia que nos cuenta Marías (o María Dolz) nos obliga a ello:

A devorarlas.