viernes, 1 de enero de 2010

"5 de septiembre de 1997"; un cuento


Para Abraham

Se acuerda de que era viernes y acababan de salir del último de los exámenes de septiembre. Llegaron a su casa y S encontró una nota sobre la mesa de la cocina:

S:

Se ha muerto tío F. Hemos ido al hospital.

Tu ama y tu hermana.

S empezó a maldecir en voz alta. Palabrotas. V, su amigo, leyó la nota y comprendió.

-Venga –le dijo a S-, te llevo en la moto.

-No sé...

-Que sí, tío, que te llevo.

V le dejó en la entrada del hospital. S fue al mostrador donde ponía información y preguntó por su tío F, acababa de morir, aclaró.

El hombre de detrás del mostrador no pestañeó. Le dijo que tenía que ir al tanatorio.

-Está al lado de urgencias –dijo, sin mirarle-. Sales por esa puerta y a la izquierda.

Tenía miedo porque no sabía cómo tenía que comportarse. Si daría la talla.

Qué le diría a su primo...

Pasó la puerta grande de urgencias y encontró la entrada al tanatorio.

Entró.

Ahí estaba su primo, sentado en un banco al lado de su novia y hablando con un hombre del que sabría después que era de la compañía de seguros.

Se miraron a los ojos. S, enseguida bajó la mirada. No sabía qué decirle y lo que finalmente le dijo no tenía mucho sentido:

-¿Qué ha pasado? –por qué lo preguntaba si ya lo sabía: el tío F había muerto por la enfermedad que había anunciado su muerte tanto tiempo ya.

Se sintió torpe, tonto. Le pareció, además, que su voz había sonado como aflautada. Ridícula.

Pero su primo le sonrió y extendió una mano hacia él.

Y ahora, no entonces, no aquel viernes 5 de septiembre de hace doce años, se da cuenta de que a su primo no le importó lo que dijo o lo que podía haber dicho, si pareció torpe o ridículo o de si su voz sonó como de pito.

Sabe, ahora, que a lo que su primo le importó fue que él, S, estaba allí.

Con él.

3 comentarios:

  1. Me encantan estas historias breves que escribes, sin principio ni final concretos pero que tanto dicen.

    Eso sí, espero que las historias sigan siendo así de breves si piensas seguir publicando con letras blancas sobre fondo negro. A no ser que el Colegio Nacional de Oftalmólogos te esté patrocinando el blog, claro.

    En todo caso, yo pienso seguir leyéndote mientras la vista aguante.

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  2. Bueno, mi intención es que los posts sean cortitos.

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  3. Hola ¿Qué ha pasado?
    Iván

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