martes, 5 de enero de 2010

El Tercer Reich (2)

Udo Berger tiene veinticinco años y su pasión son los juegos de guerra. También tiene independencia económica y una novia a la que ama, Ingeborg. La pareja pasa unos días en el lugar de la Costa Brava donde él veraneaba con su familia. Udo hace instalar en su habitación una gran mesa donde piensa nuevas estrategias para el Tercer Reich, su juego. Y por la noche van a una discoteca y conocen a Charly y Hanna, otra pareja de alemanes. Cuando bajan a la playa, el imprevisible Charly les introduce en la comunidad del lugar, plena de turbios personajes como el Lobo o el Cordero, que tanto pueden ser trabajadores de verano como mafiosos; Frau Else, la guapa encargada del hotel, o el Quemado, un hombre desfigurado y del que nadie sabe nada, aunque insinúan que es extranjero, que fue torturado en su país... El Tercer Reich, un texto inédito escrito en el año 1989, es una espléndida novela de la primera etapa de Roberto Bolaño, el feliz hallazgo de un ejercicio narrativo donde el autor despliega algunos de sus grandes temas, como las extrañas formas del nazismo, o que la cultura –los juegos, o la literatura– es la realidad.


Fuente: Anagrama Editorial.

2 comentarios:

  1. Me gusta mucho Bolaño. Pero no soy nada fetichista con los escritores que me gustan. Y esta repentina proliferación de "felices hallazgos de estupendas novelas" me huele francamente mal. Si estas novelas eran tan estupendas, ¿por qué no se las quiso publicar nadie en su momento? Cuando para el propio Bolaño habría supuesto una auténtica diferencia recibir todo este reconocimiento que ahora le llega de manera póstuma, o sea demasiado tarde.

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  2. Bueno, yo me lo voy a leer en cuanto salga. No el mismo día 15, que es viernes, pero sí el lunes, que yo, los lunes tengo más tiempo libre. No sé qué tal será. El próximo post relativo a "El Tercer Reich" será ya cuando haya leído la novela.
    Es curiosa la frase con que terminó Rodrigo Fresán el texto que leyó en el funeral (civil) de Roberto Bolaño:

    "Descansa en paz, Roberto. Tus libros seguirán dando guerra".

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