martes, 29 de junio de 2010

“Los juegos de la infancia son universales”


Durante estos días en los que he estado ausente de “La soledad en agosto”, he leído “Una vez Argentina”, la novela de Andrés Neuman. Es la novela que a todo escritor que haya tenido la suerte de tener una familia feliz le gustaría escribir. Ojalá pudiera yo escribir una novela así, un “léxico familiar” con el que mis nietos o sobrino-nietos pudieran conocer cómo, quiénes fueron sus bisabuelos y abuelos, tíos y tías...

En un momento del libro, Neuman cuenta cómo sus compañeros de colegio y él juegan a darse por el culo. A ver: juegan a fingir que se enculan. Pero, claro, no lo hacen (de verdad, vamos, que es por encima del pantalón, y sin penetración, claro, que son niños...). Vaya, pues si nosotros también jugábamos a eso: uno cogía a un compañero desprevenido por detrás y empezaba a darle empellones, mientras exclamaba, ah, ah, o oh, oh., o cualquier otra burrada.

Bueno, creo que el juego sigue en boga, ya sea en Argentina, en España o en Japón. Y ahora que lo pienso, seguro que no sólo los niños lo juegan...

Ejem..., no sé qué tono está adquiriendo este blog. Se suponía que iba a tratar sobre libros. Algo serio...

4 comentarios:

  1. Los juegos infantiles son una de las cosas más serias de la vida.
    Incluso más que la literatura.

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  2. Es que la literatura también es un juego.

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  3. Anda y yo que al leer lo dar por el culo entendí que unos a otros jugaban a molestarse entre ellos.
    Ayy Nathan, que estoy

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  4. Pero Nathan si eso ya lo dijo el ruso aquel, que todas las familias felices son iguales. ¿Tú te has leido alguna vez una novela de un ruso donde salga una familia feliz? Pues eso.

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