jueves, 7 de abril de 2011

"Los enamoramientos", de Javier Marías (1)


La empecé ayer, ya voy por la mitad, y me la acabaría mañana mismo, si tuviera más tiempo para leer.

No hay nada nuevo en "Los enamoramientos": una voz en primera persona, envolvente, hipnotizante; digresiones constantes; un relato circular; Francisco Rico, otra vez homenajeado (creo que apareció por primera vez en "Todas las almas", bailando en una discoteca inglesa, aunque en aquella novela no se mencionaba explícitamente su nombre), homenajeado o burlado, como dice Antonio Iturbe en la entrevista que aparece este mes en la revista "Qué leer", porque vaya con Rico, qué habrá de real en el retrato de su amigo Marías, un personaje anecdótico, dice Marías de él en la entrevista, que resulta a ratos aborrecible pero por momentos simpático.

Nada nuevo, nos trae Marías.

Simplemente, lo mejor.

Poco importa que uno lea a María Dolz, la protagonista de "Los enamoramientos", y en vez de la voz de una mujer, crea estar oyendo la voz de un hombre, la voz del propio Marías, esa voz que comenzó a ensayar con "El hombre sentimental", y que ha ido, novela tras novela, puliendo de artificio, haciéndola cada vez más exacta. Es el estilo Marías: frases que se leen lentamente, para paladearlas, pero que no obstante, pueden ser leídas a toda prisa, a pesar de su complejidad, de su extensión. La historia que nos cuenta Marías (o María Dolz) nos obliga a ello:

A devorarlas.

3 comentarios:

  1. Tomo nota. Pero no sé, a mi me parece que si uno lee demasiado rápido a Marías (y hablo desde la mas absoluta de las ignorancias) corre el riesgo de no enterarse de nada. Las comparaciones son odiosas pero me pasó ayer con Pynchon: durante la lectura me despisté un párrafo, sólo uno (o dos, vaya) y me puse en modo de lectura automática. Cuando volví parecía otro libro. Mismo autor, si, pero libro diferente. Marías (los vistazos que he ido echando estos días a sus libros) me produce el mismo desasosiego.

    ResponderEliminar
  2. La novela está malisimamente escrita, montones de frases que si te paras a pensarlas carecen de sentido, rodeos interminables pseudo filosofías de una superficialidad desoladora, ramplona, voces marionetas sin consistencia humana recursos narrativos artificiosos y naifs casi infantiles...

    ResponderEliminar