lunes, 5 de abril de 2010

"Teléfono rojo: volamos hacia la noche"

El pasado sábado por la noche, después de pasarme el día trabajando, llegué a casa, me quité el uniforme lleno de polvo y cené una mierda de bocadillo porque no tenía ganas de ponerme a cocinar. Me tomé un café con leche y me senté en la sala a fumar y leer. Al día siguiente tenía que madrugar, así que más temprano que tarde me preparé para ir a la cama. Fue entonces cuando empezó a sonar el teléfono en el piso de al lado. Si no están, pensé, se han ido de vacaciones de Semana Santa, como todo el mundo. El teléfono seguía sonando y sonando y pensé hay que ser pelma y tonto para no darse cuenta de que si no te contestan es porque no hay nadie en casa. Pensé que al final el que llamaba se acabaría cansando, o que, simplemente, la comunicación se cortaría. Pero el caso es que media hora después, cuando me metí en la cama, el puto teléfono seguía y seguía sonando y me dije, dios, con ese ruido no voy a poder dormir, y mañana tengo que madrugar. Recordé que tengo una llave del vecino para casos de emergencia. Qué hago, abro y descuelgo, y qué digo. Esa no es mi casa, ¿cómo justifico mi presencia allí? Que he oído el teléfono y tal, ya, pero qué morro le has echado, ¿no? Diez minutos después, ya no aguanté más. En pijama, me levanté, cogí las llaves del vecino del armario del pasillo y salí a la escalera. Abrí la puerta del vecino. El teléfono estaba ahí mismo, en el recibidor. Había pensado descolgarlo y colgarlo inmediatamente, sin dar tiempo a quien estuviera en la otra línea a decir nada. Pero en el último momento, lo descolgué y lo dejé suspendido en el aire.

Escuché...

7 comentarios:

  1. Coitus interruptus!!!


    Qué pasó?

    Autoficción, autoficción!!

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  2. Oh, no. La autoficción ha empezado a aburrirme. Esto es no ficción. Sin etiquetas.

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  3. Escuché tut... tut... tut... En cuanto lo cogiste colgaron, fijo. Y te pasaste toda la noche dando vueltas en la cama, intentando imaginar quién habría sido la persona que después de tanto insistir, colgó cuando cogieron el teléfono en un piso supuestamente deshabitado.

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  4. Mec. Incorrecto.

    -Oiga, ¿es usted Paul Auster?
    -Paul Auster, ¿el detective?
    -Sí, sí, por fin consigo hablar con usted.

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  5. Nathan!!!
    ya te vale ¿no?
    te añado

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  6. Que no sabía de tu blog!!
    Ya te he añadido, jejeje que contenta estoy

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