viernes, 7 de octubre de 2011

"Viernes noche, continuación"

Pues nada, que estoy intentando leer un poco. Esta noche puedo (mañana no tengo que levantarme a las cinco, me tengo que levantar a las nueve. Manda huevos, alegrarte de que sea sábado y, aunque tengas que currar -el sábado, el domingo, y el lunes también), pensar que, por lo menos, no tienes que madrugar...

Bueno, pues eso. Que estoy intentando leer. Pero no me concentro. No sigo la historia. Y no es que sea una novela complicada.

Mierda.

Mierda.

Cuando empecé este blog se suponía que iba a ser un blog "literario". Reseñas, algún cuento. Cosas así.

Ha acabado convirtiéndose en un blog de quejas.

(Aunque me gusta más la palabra lamentos).

Las cosas felices no me gusta contarlas. No aquí.

No me concentro en la lectura. Así que vengo aquí y escribo. A vuela pluma. El otro día leía un poema de Raymond Carver, decía algo así como "antes los escribía porque decía que no tenía tiempo para escribir otra cosa (mejor)". La cita no es directa. Se refería a los poemas, y quería decir que los escribía porque no tenía tiempo para escribir relatos, alguna novela, imagino.

Pero en el poema Carver decía que, ahora, los escribía (los poemas) porque era lo que quería escribir. Antes, no. Ahora, sí.

He oído y/o leído muchas veces ese tópico de "uno empieza queriendo escribir poesía. Como ve que no puede porque la poesía es demasiado excelsa, intenta escribir cuentos. Pero tampoco tiene talento para los cuentos. Así que no le queda otra que escribir novelas. Que es lo más fácil...".

Yo siempre he querido escribir novelas. Y lo sigo queriendo. Y seguiré intentándolo, a pesar de no tener (mucho) tiempo.

Los cuentos a veces me salen solos. Y cuando me salen solos, me salen bien. Cuando más trabajo un cuento, peor resultado obtengo.

Ya no sé por dónde iba o quería ir.

El caso es escribir.

Ya que no puedo leer.

Escribo todos los días en un diario que empecé allá por el 2004. En cuadernos de tamaño folio. Llevo ya cuatro o cinco. Básicamente cada crónica diaria es una repetición de la anterior.

Hasta hace un par de meses. Pero de eso no voy a hablar. Ya he dicho que de la felicidad no escribo, aquí no.

Felicidad, trabajo. Hostias, mal matrimonio.

Así que sí, he escrito un par de intentos "serios" de novelas.

He escrito unos cuantos cuentos "coña". Y no están tan mal.

He escrito, alguna vez, algún poema. Poemas coño, algo así.

Se me acaba de ocurrir uno:

La vida sin tu coño

no es vida.

Sólo es una puta

parida.


Gracias, gracias. Creo que es mi mejor poema, hasta la fecha.



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