miércoles, 26 de mayo de 2010

"Las tetas de Susana"


Una amiga me ha pedido que escriba sobre mis obsesiones. Que escriba sobre lo que me impide dormir por las noches. No escribir no me deja dormir. No leer hace que me revuelva en la cama. Leo todos, absolutamente todos los días. Pero no siempre lo hago bien. Quiero decir que a veces empiezo a leer un libro y lo dejo, porque no me gusta, o no me gusta lo suficiente. Porque quiero leer tantos libros que, a veces, mientras leo, pienso: mierda, este libro no es lo suficientemente bueno, estoy perdiendo el tiempo, debería leer ese otro que TENGO que leer. Entonces cojo ese otro libro, pero resulta que tampoco me gusta, o que no me gusta tanto como esperaba, así que también lo dejo. Y me siento culpable por abandonar un libro, y si abandono dos, pues el doble. De culpable.

Cosas que me obsesionan... Las mujeres, cómo no. La falta de mujeres en mi vida. El amor. Quiero tener una mujer. Dormir con ella todas las noches. Follármela. Chuparle las tetas. Me gustan los pezones grandes. No me importa tanto que las tetas no sean muy grandes, pero si los pezones son pequeños sí que me importa. Espero que, si algún día encuentro una mujer, no tenga los pezones muy pequeños. Sería una putada. Sería como ser un escritor frustrado, un tío que quiere escribir pero no lo hace, o escribe mal. Un chupador de tetas que chupa unas tetas, unos pezones, que no le gustan.

La soledad es otro de los temas que me obsesionan. Soy un solitario, y me gusta serlo. Busco la soledad. Sin embargo, la soledad que busco es una soledad especial. Una soledad compartida. Ahí entraría la mujer a quien le chuparía los pezones con gusto si los tuviera grandes; también unos pocos amigos. No muchos. No me gusta que me den la pelmada. Supongo que soy un poco cabrón, porque para que un amigo me llene, necesito que sea un amigo que me interese. Que me guste. Me es imposible mantener relaciones largas de amistad con gente que me aburre. Si no hay química, simplemente, prefiero estar en casa leyendo, SOLO, antes que estar con un tío con el que tengo poco de que hablar. O mucho, puede que a él le interesen algunas cosas que a mí también me gustan, los libros, claro; ah, pero el tío es un soso, me aburre. No es lo mismo hablar de libros con alguien que te guste, con el que tienes feeling, que con alguien con quien no tienes más que artificio. Así que me voy.

Si tuviera una vida llena no tendría TANTA necesidad de escribir. Ni de leer. Son dos cosas distintas, sin embargo. Leer y escribir. Escribo, escribiré, en cierto modo, para huir de la soledad. Aunque busco la soledad para escribir. Cuando leo, cuando leo algo que me gusta mucho, NUNCA me siento solo.

Las tetas..., no pude mamar de las tetas de mi madre porque se le pusieron malas y le tuvieron que operar. La primera teta que chupé pertenecía a una chica que se llamaba Susana. Tenía dos años más que yo, yo tenía quince. Fue ella quien me cogió la mano y me la condujo hacia su teta. La acaricié con extrema delicadeza, reconociéndola. Susana me preguntó quién me había enseñado a tocar así, y yo le respondí temeroso que a mí nadie: pensaba que me estaba echando la bronca, en lugar de estar haciéndome un cumplido. Susana tenía los pezones grandes, MUY grandes, y oscuros. Rugosos pero suaves a la vez. En un libro de Marguerite Duras, la franchuta los definía como una perla: suaves pero con tropiezos.

Hay otras muchas cosas que me obsesionan, pero por hoy ya me he descalificado confesado bastante.

5 comentarios:

  1. Por esta vez vale, sí, pero espero que sigas contándonos tus obsesiones en otro momento. O que nos narres uno de esos momentos memorables en los que te encuentras con un amigo soso cuya conversación no te interesa nada.

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  2. A mi, la historia de Susana me ha enternecido, el amigo soso no me interesa en absoluto.

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  3. Hum, así que pezones grandes.

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  4. Pues yo tenía fijación más con la areola, podía aceptar que los pezones no fueran tan enormes. Pero la areola tenía que ser grande y oscura, oscura era importante pero grande también. Hasta el punto de que antes de pedirle salir a una chica le preguntaba por el tamaño de la areola y de ahí dependía. Luego la vida me ha ido dando, en general, areolas pequeñas y sonrosadas, una casa, un trabajo, etc... Todo como más limpio, y no sé.

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  5. Hum..., es que cuando yo digo el pezón, me refiero a todo el pezón... La areola del pezón, como su nombre indica, forma PARTE del pezón. ¿Me explico? Que sí, que lo que me gustan grandes son TODO el pezón, incluida la areola.

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