La semana pasada fui a una farmacia. Consulté con el tío de la bata blanca (ay, esas batas blancas que yo llevaba antes, cuando estudiaba..., y durante un tiempo, en mi trabajo en el laboratorio...), y me dijo que me aconsejaba los chicles de 4 mg.
Me compré una caja. Treinta y algo euros. Ciento cinco chicles. Y me dije, bueno, mañana me pongo.
Llegaba mañana y decía. Bueno, mejor mañana.
Hasta que ha llegado hoy.
Y creo que la cosa puede funcionar.
Casualidades que tiene la vida:
Estaba comiendo en casa de mi hermana, comentando mi abandono del tabaco, y mi cuñado, que fumaba negro y lo dejó (sin utilizar chicles ni ninguna otra mariconada como él dice) hace ya muchos años, mi cuñado coge y va dice:
-Yo también lo dejé un 11 de noviembre.
Mi hermana:
-¡Anda ya!
Mi cuñado:
-Que sí, joder, que me acuerdo porque era día de San Martín.
-Hostias, qué casualidad.
(Esta era mi hermana, aunque mi hermana no ha dicho hostias. Nunca dice tacos. Bueno, casi nunca).
Mi cuñado:
-Hostias, San Martín. Hay que comprar morcilla, ¿eh?
¿Los chicles esos también son rubios y negros como el tabaco?
ResponderEliminarY es verdad que hoy es San Martín. Hay que felicitar a Amis Jr.
Pues no sé. Los míos son amarillos, sí. Y yo no tenía mucha fe, pero por ahora funcionan. Aunque supongo que lo duro va a ser a la hora de dormir...
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