
No sé qué tiene el nombre de Clara, pero debe ser uno de los más usados en la narrativa en español de los últimos años. Estos son algunos ejemplos; sé que hay muchos más:
-“Clara y la penumbra”, de José Carlos Somoza.
-“Viaje con Clara por Alemania”, de Fernando Aramburu.
-“El estatus”, de Alberto Olmos (novela protagonizada por dos Claras: Clara y Clarita).
-“Clara y Julio”, de Juan José Millás.
-“La ciudad en invierno”, de Elvira Lindo (la protagonista de estas historias se llama, CLARO, Clara).
-“Electrónica para Clara”, de Guillermo Aguirre.
-“La ciudad del diablo”, de Angela Vallvey (una mujer aparece asesinada, su nombre: Clara).
-“Clara Venus”, de Nere Basabe (aquí un punto de originalidad: Claire Marie).
-“La biblia de barro”, de Julia Navarro (Clara...Tannenberg).
-“La enredadera”, de Josefina Rodríguez Aldecoa (si Millás escribió una novela sobre Clara y Julio, la viuda de Ignacio Aldecoa lo hizo sobre Clara y Julia).
-“Y punto”, de Mercedes Castro (mujer y policía, su nombre: Jacobo Clara Deza).
Hay que hacer notar que salvo “La enredadera”, que es de 1984, el resto de las novelas que utilizan el nombre de Clara, han sido publicadas en un espacio de sólo nueve años.
No más Claras, por favor.
(Confieso que una vez empecé a escribir una novela cuya protagonista se llamaba...CLARA; luego lo cambié).