-No tienes nada –le dijo la doctora.
-No tengo nada.
-No tienes nada... No tienes familia, no tienes trabajo, ni amigos... Nada.
-Nada.
-Nada.
Se quedaron mirándose, estaba a punto de llorar. La doctora continuó:
-Y además te pica el culo.
-Y además me pica el culo.
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